Recuerdo

La noche me coge por el camino de regreso a casa y el frío se me mete en el cuerpo como agarrándose a mis suspiros. Uno tras otro me quita el aire y se convierte en niebla, espesa, pesada, dura, difícil de atravesar, me siento cansada… Deambulo por la calle con el rumbo marcado y acelero en busca de un nuevo suspiro. Busco en mis pensamientos el aliento para continuar. Esta curva en la carretera me encanta, acelero y pienso que podría traspasar el tiempo. Pero la carretera sigue y me lleva al punto de partida. Sólo he conseguido un día más y no quisiera mirar atrás por que compruebo que ayer fue igual y mañana sin remedio también. El aire sigue pesado cuando consigo poner los pies en el suelo. Me cuesta llegar a casa. Aun sabiendo que es todo lo que tengo no logro entenderlo como mío. Distraigo mis sentimientos arañando entre las ilusiones. Donde sueño y realidad se confunde es más ameno el camino. No es momento de juegos, no es momento de risas, es el momento de reflexión y no lo encuentro. Me pierdo entre las lágrimas que no consiguen aflorar. Nado y me sumerjo en ellas, paladeando el sabor a sal. ¿Por qué no controlo mi vida? ¿Por qué no encuentro mi lugar? El amor que encuentro a mi paso, no consigo apegarlo a mi. Ni los besos, ni los abrazos, ni las sonrisas dedicadas, ni la ternura de los niños, ni el calor de la casa, ni la hierba, ni la tierra mojada consiguen llenar mi vacío. ¿Qué buscas Marian? ¿Qué buscas? Sólo pierdo mi tiempo entre cigarrillo y cigarrillo…. Pienso en lo que me espera a mis espaldas, sin miedo ya de mirar. Acostumbrada a mi propia apatía y a mi desgana, con mirada descarada como si nada me importara. ¿Quién eres Marian? ¿Dónde encontrar la respuesta si tan perdida estás? Todo está en ti….. pero…. ¿Dónde? Ahí. Sí lo veo, sí. El color índigo me espera, yo sólo quiero volar…. Mientras sin ni siquiera despegar planea el mundo sobre mi, a mi alrededor dando vueltas y tumbos. Rodeándome, acorralándome, sin permitirme caer por que no se puede descender más. No me gritéis, sé que si no puedo volar puedo caminar. Dejar que lo medite un minuto o dos o una eternidad.